Contra todo pronóstico, los Cavaliers de Cleveland se recuperaron de un déficit de 3 a 1 contra los Warriors de Golden State, ganando el primer campeonato de la NBA de Cleveland en 52 años. Jugando con una paz que sorprendió a sus compañeros de equipo, LeBron James le atribuye la Victoria a Dios por su presencia de ánimo.
Después del pitazo final, LeBron cayó de rodillas en la cancha, inclinó la cabeza hacia abajo, y comenzó a llorar lágrimas de alegría y gratitud.
Expresó “Di todo lo que tenía. Pongo mi corazón, mi alma, mi sangre, mi sudor y lágrimas en este juego. Contra todo pronóstico … No sé por qué queremos tomar el camino más difícil.”
Hace referencia a 1 Corintios 10:13, dijo que sentía que recibió una prueba de lo alto. “A veces creemos que Dios nos abandona, pero ese hombre de allá arriba jamás nos coloca en situaciones que con su ayuda no podamos manejar”, dijo.
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