Augusto Vásquez es un fisicoculturista impresionante, un nadador de élite, también un entrenador muy disciplinado. Pero a pesar de sus logros, él no puede olvidar sus sentimientos de derrota en esa silla de ruedas, donde él pasa sus días y tampoco el momento tan dramático que cambio su historia.
Augusto, tuvo que enfrentar durante muchos años una prueba muy difícil y dura y fue cuando le detectaron Polio.Expresó "Lo que yo tengo es una secuela de poliomielitis, o sea como que mis padres se sacaron la lotería diríamos así".
Por muchos años, él no poder movilizarse como cualquier otra persona era algo que lo irritaba en gran manera."No me gustaba estar dependiente, digamos de estas cosas así, digamos, eso sí me frustraba mucho".no permitía que nadie se burlara de él y a veces usaba la violencia como un mecanismo de defensa".
El fisicolculturista dijo "En esa época no había el transporte que existe ahora, entonces era complicado transportarse. Y todo eso generaba cierta rebeldía, cierto resentimiento en algunas cosas, preguntas que a veces te haces y llegas a la conclusión, yo en ese entonces decía, "Dios no debe existir".
"Yo vi el tráiler que venía y pensé, Si tan solo hiciera este movimiento, uno solo, se acabaría todo".Pero en medio del dolor, Augusto miro al cielo y clamó a Dios por ayuda.
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Dijo Si tú existes, quisiera que me lo demuestres, quisiera que me dijeras realmente. Para mí lo más importante era encontrar una respuesta a porqué estamos existiendo, o sea porque tiene que haber tanta adversidad, que es lo que está pasando".
Quién diría que, años más tarde, aquel clamor sería respondido de una manera muy particular a través de un programa televisivo.
Senaló que día prendí el televisor y vi música country que no es usualmente ver aquí en Perú, y tenía traducciones y las letras me gustaban. Y cuando terminaron de cantar apareció un predicador y dijo: Seguramente tú durante años has tenido preguntas, haciéndote. Dios quiere contestar tus preguntas, Dios ha escuchado tu oración, tú pedido y quiere contestar tus preguntas. Y comenzó a contestar las preguntas que yo me había hecho y en ese instante como que sentí como que se me erizaba la piel".
Augusto tomó la decisión de entregarle su vida a Jesucristo y le pidió perdón por sus pecados.
"Yo acabo de hacer algo que no entiendo, le dije, no entiendo lo que estoy haciendo pero tú has contestado, significa que tú existes, pero, ¿sabes qué? a partir de ahora quiero seguirte".
Desde entonces Augusto empezó a ver la vida de otra manera y así es como descubrió poco a poco una de sus mayores pasiones: la natación.
"Fui campeón panamericano, viaje a Venezuela y regresé con siete medallas, 5 de oro y 2 de plata, con dos records mundiales".
Pero Augusto tenía otro gran potencial que Dios le había dado: el físic culturismo.
E deportista explicó "Y comencé a entrenar a entrenar, habré entrenado un par de años que se yo y el dueño del gimnasio, es un gimnasio que solía hacer campeonatos cada año de físico culturismo y me dijo: Oye ¿no te gustaría hacer una exhibición de físico culturismo? Hicimos la exhibición y después dimos un pequeño testimonio de vida y dije de manera personal, A mí me ha ayudado mucho Jesús. Me di cuenta que tú puedes dar testimonio de esta manera y puedes acercarte a la gente".
La disciplina y empeño de Augusto lo llevó a obtener una medalla de plata en un torneo mundial y hoy continúa preparándose para convertirse en un campeón.
"Yo tengo que vivir contento con lo que Dios me está dando y agradecido, es la única manera".
Hoy en día comparte su testimonio con muchas personas en el gimnasio donde entrena.
"No te rindas, hay que seguir, porque cuando nosotros hacemos nuestra parte que es muy pequeñita, Dios hace la suya que es muy grande".
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