Europa y su gran dependencia al gas ruso: ¿Qué consecuencias trae?
Una catástrofe económica podría estallar
Las sanciones de la Unión Europea tras la
invasión de Rusia en Ucrania como respuesta a la expansión de la OTAN y la
alianza militar capitaneada por Estados Unidos, podrían provocar un corte del
suministro de gas a los países del continente europeo procedente de la
superpotencia gobernada por Vladimir Putin.
Esta interrupción del servicio energético
podría disparar la inflación hasta un 9% en la Unión Europea y hundir el
crecimiento de la economía tras la recuperación post-pandemia, tal y como
relata el último informe sobre las previsiones económicas de la Comisión
Europea. Este informe parte de un crecimiento medio actual de los países
miembros de la UE de un 2,7% a causa de las consecuencias de la guerra.
No obstante, en el escenario de un corte de suministro del gas procedente de
Rusia este crecimiento se quedaría en un 0,2%.
Por qué Europa es tan dependiente del gas
ruso?
Muchos ciudadanos se preguntan cómo hemos llegado a la situación de depender del suministro de un solo país y si realmente nos vale la pena cortar relación con él, en este sentido, Rusia proporciona un tercio del suministro energético. Además, el gas procedente de Rusia es fácil de transportar y tiene una forma de energía más eficiente, por lo que se preveía ser la vía para abandonar el carbón o la energía nuclear.
Tras la construcción del gasoducto Nordstream 2, que conducía el gas ruso directamente a Alemania, se esperaba estrechar todavía más este acuerdo comercial tan beneficioso para ambas partes y que ha llevado a la empresa nacional rusa Gazprom a suministrar una tercera parte de todo el gas que consume Europa. Pero la invasión de Ucrania cambió todo el escenario. La Unión Europa desea ahora dejar de importar dos terceras partes del suministro de gas ruso para diciembre de este año.
¿Cómo puede Europa independizarse del gas ruso?
Pese a que la Comisión Europea advierte que el corte del suministro ruso será extremadamente costoso y el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, señaló que Europa tiene una inflación muy alta y un crecimiento bastante bajo. Un estudio de la consultora francesa Artelys afirma que Europa podría dejar de ser dependiente del gas ruso en solo tres años, con el uso de energías renovables y otras acciones.
Algunas de las compañías de luz baratas están comenzando a comercializar energías renovables a través de la adquisición de electricidad a productores de energías limpias como la energía solar o la eólica. De esta forma los consumidores remuneran y apoyan la producción de energía renovable con las llamadas tarifas ecológicas.
Esta nueva luz de esperanza no pasaría por cambiar el gas ruso por otro proveedor como pretenden algunos gobiernos, sino por una apuesta total por las tecnologías basadas en energías renovables como la energía eólica o la energía solar, abandonando las nuevas infraestructuras basadas en gas y realizando un mayor despliegue de los procesos de electrificación.
En este estudio, el cual fue precisamente una misión de la Fundación Europea para el Cambio Climático, plantea que si en la Unión Europea fuese simplemente aplicada de una forma fiel la hoja de ruta Fit-for-55, un paquete de propuestas de las Comisión para disminuir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, sería posible reducir la demanda energética de gas un 17% en 2025.
Esta medida debería ser acompañada del impulso a las renovables, incrementar la potencia de energía solar en 124 GW y la eólica en 135 GW. Esta hoja de ruta tiene que estar complementada con el desarrollo de políticas de eficiencia energética en las viviendas mediante el cambio de calderas de gas por bombas de calor, así como optimizar la electrificación de industrias. En resumidas cuentas, que si se quiere se puede. La pregunta es, ¿aquellos que se lucran con la compra-venta del gas ruso están dispuestos a permitir que estos cambios se lleven a cabo?
La autora es especialista en Energía, Agencia de Servicio de Luz.
labarcainformativa.org
FR/.-
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