La familia y el internet

 POR FLABIA ROSARIO

Con el correr del tiempo la vida va cambiando y los valores y principios son ignorados por la sociedad. Que decir, la tecnología es una herramienta que ha ayudado al mundo a comunicarse investigar lo que se quiere. En ciertos aspectos el mal uso del Internet ha divido a la familia que es el núcleo de toda sociedad.

 El mundo cambia a pesar que es una buena herramienta para investigar lo que se quiere también ha echado a un lado lo tradicional y lo real.  Muchas veces vemos cómo las personas en una reunión, logran juntarse para compartir pero ya no hablan con el mismo entusiasmo sino que está presente el teléfono y el chateo.  Es triste ver está situación.

A donde quiero llegar con esto es a la distracción extrema y existente en le país. “La vanidad de vanidades”, bien lo dijo el Rey Salomón en el libro de Eclesiastes.  “Nada hay nuevo bajo el sol.  Una generación se va y la otra viene.  El sol sale y se pone, y se dirige afanosamente hacia el lugar.
 
Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena.  Al mismo lugar donde van los ríos, allí vuelven a ir. Lo que fue, eso mismo será.  Lo que se hizo, eso mismo se hará: no hay nada nuevo bajo el sol”. ¿Donde está  lo verdadero y lo real?  No se sabe a donde  se ha ido  la unidad familiar, la compenetración familiar, ir de campo, hacer un pasadía, visitar a los tíos y abuelos, entre otros .

Muchas veces el hombre quiere ser feliz sin Dios pero su vida queda en el vacío; se queda con lo terrenal; es vivir como las aves del campo, sin propósito.  ¿A dónde vamos sin Dios ?  A ningún lado.  Aunque tengamos todos los millones, todos los terrenos, todo lo que significa vanidad, iremos al resbaladero.  En primer lugar, nos debemos a Él (Dios). Nuestra vida es como un cristal frágil: tenemos proyectos en carpetas, pero Dios dice no es así es como yo diga y no lo entendemos.

  Al iniciar la escuela bíblica por Internet escogí a un profesor y luego me lo cambiaron, y me explicaron que estaba mal de salud.  Siempre pregunto por él.  Aunque la última vez que lo hice me dijeron que si quería que fuese mi profesor nuevamente, que estaba mejorando.  Le escribí: Dios es quien guía mis pasos.  Yo seguiré con usted porque Él lo ha querido así.

Lo importante es amar a Dios y saber que todo cuanto nos pasa es porque Él lo ha planeado así. Nuestra vida es de propósitos, de amor al prójimo, de entenderlo a Él, que lo que el nos ha dado es porque no lo ha permitido o no ha llegado su tiempo.


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