El flujo interminable de refugiados que huyen a
Uganda desde Sudán del Sur prosigue a un ritmo alarmante.
De acuerdo con la agencia de refugiados de las
Naciones Unidas, 26.000 han abandonado el país más nuevo del mundo desde los
nuevos combates entre las tropas gubernamentales y las fuerzas rivales que
estallaron el 7 de julio.
Las tropas leales al vicepresidente Riek Machar han
luchado con los que apoyan al presidente Salva Kiir, desde que Kiir retiró a
Machar de su cargo a finales de 2013. El presidente dijo que se vio obligado a
tomar esa acción cuando Machar y sus fuerzas intentaron un golpe contra él y el
gobierno de Sudán del Sur.
El gobierno está dominado por miembros de la tribu
Dinka de Kiir, un grupo étnico que constituye alrededor del 36 por ciento de la
población del sur de Sudán. Machar y sus seguidores son Nuer, alrededor del 15
por ciento.
Al menos 300.000 personas han muerto en la guerra
civil y ambas partes se han acusado mutuamente de cometer atrocidades contra
los derechos humanos en contra de la ciudadanía. En agosto pasado, los
negociadores firmaron un acuerdo de alto el fuego en Etiopía, pero se han
producido enfrentamientos esporádicos desde entonces.
Un total de 1 millón de personas han sido
desplazadas internamente, 400.000 personas han huido a países vecinos.
El portavoz de la Agencia de Refugiados de las
Naciones Unidas, Andreas Needham, dijo que más del 90 por ciento de los
refugiados que ha llegado este mes a Uganda, son mujeres y niños. Los
refugiados informan que enfrentamientos están en marcha en la región Magwi, de
Sudán del Sur, donde, según los informes, las tropas están robando propiedades
y reclutando hombres adultos y jóvenes a unirse a sus esfuerzos.
Sudán del Sur se convirtió en una nación
independiente el 9 de julio de 2011, después de más de 20 años de guerra civil
con el gobierno islámico de Sudán.
Este país es el estado miembro número 193 de las
Naciones Unidas, y su gente es principalmente cristiana y animista.
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